Virgilio a través de su pluma magistral y profundamente humana, nos invita una vez más a comprender la esencia de lo humano y qué es aquello que nos define.
En el libro I de la Eneida, verso 462, encontramos este magnífico verso que nos recuerda nuestra fragilidad y nuestra profunda belleza – belleza en el horror y en el dolor – por medio de tópicos que nos conciernen, no de forma exclusiva, pero sí crucial.
Al hablar de fragilidad, belleza y tópicos, me refiero al tema de la muerte, de aquello tan insondable como inefable, aquello que nos constituye y da sentido a la existencia, tiñéndola de una belleza tan particular, la que queda demostrada en todo lo efímero y valioso que se haya en el momento, en la acción y en todo aquello que somos y ejercemos.
Y a esto nos invita el verso de Virgilio: “Hay lágrimas en las cosas y tocan a lo humano del alma”. En el fondo, nuestra vida está teñida por la conciencia de lo efímero de nuestra existencia.
Esta es nuestra condición: todo es perecedero. Tomar conciencia de aquello nos embarga y el dolor que se desprende, lo tiñe todo, lo abarca todo. Aceptar el dolor es justo del hombre sabio, quien ahora puede tomar el peso de la vida en sí, su valor.
Sunt
No es mera coincidencia que Virgilio haya escogido el verbo ESSE(infinitivo “ser”, “estar”, “existir”, “haber”) para el comienzo de este verso. Verbo en presente, plural: SUNT, que nos revoca a los significados: son, existen, hay. Todos definen, establecen, afirman. No puede negarse que en las cosas, hay (yace, habita) un dolor que toca a lo mortal. No es una pregunta, no es una duda, es simplemente una afirmación, la que funda y define lo que pertenece a la vida.
Lacrimae rerum
La acción, sunt, recae directamente en las cosas. En un análisis sintáctico actual, rerum sería complemento agente, pero en latín es acusativo (complemento directo). La importancia de este análisis yace fundamentalmente en el sentido de la frase, su significación. Pues en nuestro caso, sunt define a rerum, lo modifica, lo establece. RES (“cosa, asunto, materia”), no es, en el caso del verso, una simple “cosa”, es una esencia, es una materia. Podría afirmar que se refiere a todo. O sea, todo está bañado de lágrimas; en el caso del verso, lacrimae rerum , el dolor pertenece a las cosas, pertenece a esa esencia.
Lacrimae rerum nos indica que en la existencia todo está sujeto al dolor, es parte de ella y no solamente parte, sino definición de la vida: sunt lacrimae rerum.
No obstante quien toma conciencia de ese dolor, de esta caducidad, es el hombre. Esto se expresa en la segunda parte de este verso:
(more…)
Opinaron